Entradas populares

miércoles, 30 de diciembre de 2015

R.D.C CUANDO MENOS TE LO ESPERAS PARTE II

 
 
 
 
 
A la mañana siguiente, me levanto temblorosa y ojerosa, no he dormido nada. Estoy deseando llegar a la oficina para ver a Daniel y hablar con él. He esperado demasiado tiempo para contarle que su hermano no es trigo limpio y, no se porque, pero creo que no le sorprenderá lo que voy a contarle.
 
Saco del armario un traje de chaqueta y pantalón de corte clásico en color chocolate y una camisa naranja muy mona. Me visto en periquete y, aunque normalmente me maquillo muy natural para ir al trabajo, hoy le dedico a mi cara más tiempo del habitual. Me maquillo con esmero y dedicación, más que nada para tratar de ocultar bajo las capas de maquillaje las manchas grises que rodean mis ojos, porque lo cierto es que a pesar de lo que voy a contarle a mi jefe, quiero y necesito que me vea hermosa.
 
Pese a que me gustaría ser la primera en llegar a la oficina, prefiero no romper la rutina y, paro en el starbucks y, mientras estoy haciendo cola para coger mi típico capuccino con canela, aparece Rebeca precisamente para lo mismo. Se coloca a mi lado omitiendo las protestas de los demás clientes que también esperan y me observa en silencio, consiguiendo con ello ponerme más nerviosa de lo que ya estoy. Cuando llega nuestro turno, hacemos nuestros pedidos, pagamos y salimos a la calle.
 

¿Cómo estás?—Pregunta.
 
Nerviosa, asqueada y cansada.
 
Ya veo. Olivia, prométeme que hoy sin falta hablarás con Daniel, o de lo contrario, seré yo quien lo haga y, no creo que a él le guste saber por mi lo que ha pasado.
 
No te preocupes, hablaré con él.
 
Bien, no es necesario que te diga de que parte estoy. Si hay algo que pueda hacer por ti, no dudes en decírmelo.
 
Gracias, lo sé.
 
Entramos en el edificio de D&D y, nos dirigimos al ascensor. Saludamos a los compañeros y sin volver a pronunciar palabra, vamos a nuestro despacho. Antes de entrar, echo una ojeada por la puerta entreabierta del despacho de Daniel para ver si ha llegado, pero no hay nadie dentro. Que raro, debería de estar ya aquí, a lo mejor se ha retrasado el vuelo de San Francisco y por eso llega tarde. Tendré que estar atenta a su llegada, hasta que no consiga hablar con él no me quedaré tranquila, tengo una sensación rara en la boca del estómago que no me gusta, espero que solo sean nervios y no un mal presentimiento.
 
Rebeca y yo empezamos a trabajar como autómatas, sin hablar, mirándonos de tanto en tanto para a continuación seguir cada una a lo suyo. Ella centrada en pedidos y devoluciones y yo, en la reunión que tendrá lugar dentro de unas horas. Aunque para ser sincera, no soy capaz de concentrarme en el trabajo. Daniel todavía no ha llegado y estoy ansiosa. Algo más tarde, llaman del departamento de cobros por una factura que no aparece y es Rebeca quien se ofrece a ir a solucionarlo. No hace ni dos segundos que ha salido por la puerta, cuando vuelve a entrar.
 
 
¿Qué sucede?—Pregunto al ver su cara.
 
Daniel acaba de entrar en su despacho…
 
Bien, entonces no tengo tiempo que perder—digo poniéndome en pie.
 
No está solo Olivia. Bruce está con él.
 
¡Joder! ¡Mierda!
 
¿Crees que ya le habrá dicho algo?
 
No tengo ni idea, pero te apuesto lo que quieras que si aún no lo ha hecho, está a punto de hacerlo.
 
¿Y ahora qué?—Miro a mi amiga sin saber bien que decir.
 
Pues, supongo que ahora tendré que esperar a que Daniel se quede solo en su despacho, si él no requiere mi presencia en éste antes claro.
 
Crucemos los dedos, quizá Bruce no se atreva a decirle nada a su hermano...
 
Eres demasiado optimista si piensas eso Rebeca. Ese tío es un cretino y hará lo que sea necesario para joderme. Sólo es cuestión de tiempo...
 
Bueno, intenta mantener la calma mientras voy a solucionar el tema de esa factura, volveré lo más pronto que pueda. No me gusta nada la idea de dejarte aquí sola...
 
No te preocupes, estaré bien. Ve y haz lo que tengas que hacer.
 
 
Dios, me parece tan surrealista lo que está sucediendo... Yo, acosada por el hermano de mi novio... ¿Cuándo se ha convertido mi vida en una novela? Porque talmente parece una de esas historias que sólo he leído de vez en cuando para matar el tiempo. Lo bueno de esas historias románticas es que a pesar del sufrimiento de los protagonistas, siempre acaban bien. En cambio, estoy totalmente segura de que en mi caso de final feliz nada de nada. ¿Qué pensará Daniel de todo esto? ¿A quién de los dos creerá? Después de lo que su hermano le hizo con aquella modelo con quien estuvo prometido sólo espero que tenga la mente lo suficientemente abierta como para albergar alguna duda, porque sino, me veo de patitas en la calle y sin nada que reclamar.
 
Va pasando la mañana y yo, me voy tranquilizado al ver que de momento nadie parece acordarse de mi, ¿eso es buena señal no? Puede que a lo mejor esté tan cabreado que no siquiera quiera verme. ¡Joder, ya no sé ni que pensar! Si llego a saber que hacer caso a los dictados de mi corazón me iba a acarrear tantos problemas y tantas comeduras de cabeza, hubiera emigrado al Polo Norte para refugiarme en casa de Papá Noel.
 
De pronto, como si mis pensamientos invocaran al enemigo, chisporrotea el intercomunicador que está encima de la mesa. Me quedo en silencio, a la espera de recibir algún tipo de orden. En cambio, lo que escucho es una conversación privada entre dos hermanos que me deja con la boca abierta. Sé que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas, pero no puedo evitar poner atención a lo que allí se está hablando, y si además resulta que yo soy el principal objeto de esa conversación pues... a poner oreja y punto.
 
 
¿A qué viene esa pregunta Bruce? ¿Desde cuándo mi vida privada es de tu incumbencia?
 
Vamos Daniel, no es necesario que te pongas a la defensiva, sólo quiero saber que es lo que te traes entre manos con la señorita Murray, eso es todo.
 
¿Y por qué ese interés tan repentino?
 
Bueno, digamos que hay algo en ella que no me gusta. El otro día os vi muy acaramelados en un restaurante y, no me gustaría que metieras la pata, ya me entiendes... — Joder, menudo cabrón en este tío, a saber lo que le cuenta ahora.
 
Pues no, no te entiendo. ¿A qué te refieres exactamente cuando dices que hay algo en ella que no te gusta?
 
Pues verás, no sé cómo decírtelo, pero creo que es necesario que lo sepas...
 
¡No te andes por las ramas y habla de una maldita vez Bruce!
 
Está bien. Estos días que pasas más tiempo en San Francisco que aquí, digamos que la señorita Murray, ha estado insinuándose a mi en varias ocasiones... — ¿Qué? Me quedo muerta al escuchar esto último. ¿Qué yo me he estado insinuando? ¡Maldito acosador de mierda! ¡En cuanto te ponga las manos encima, te vas a enterar de lo que vale un peine mamón!
 
 
¿Estás diciendo que la señorita Olivia Murray se te insinuó?
 
Si.
 
Perdona que lo dude Bruce, pero ella no es de ésa clase de mujeres... — Oh Dios mío, gracias por confiar en mi Daniel, desde ahora te amaré más si cabe.
 
¿Tanto la conoces cómo para asegurar categóricamente que miento? Bueno, estás en todo tu derecho de creer lo que te de la gana, pero lo que acabo de decirte es cierto. Dime una cosa... ¿Por qué crees en ella tan ciegamente? ¿Qué hay entre vosotros? ¿Acaso estás enamorado?
 
Lo que haya o deje de haber entre ella y yo, no es asunto tuyo Bruce.
 
Es asunto mío cuando ella es una empleada de esta empresa Daniel. No has contestado a mi pregunta.
 
No sé lo que pretendes, pero estoy empezando a hartarme de esta conversación—creo que Daniel está empezando a cabrearse…
 
Lo único que pretendo, es que abras los ojos. Esa chica no te conviene, no es de fiar. Te busca porque es una interesada. Y ya que estamos, la hermana de Oliver tampoco me gusta…
 
Ya veo que has decidido declararles la guerra a las dos… Mira, tengo muchas cosas que hacer antes de la reunión, así que doy por zanjado este tema…
 
Te conozco Daniel. No estás siendo claro conmigo y eso me preocupa, insisto en que…
 
Mira Bruce, para que te quedes tranquilo te diré que entre ella y yo no hay nada serio, solo nos estamos divirtiendo, ¿entiendes? Si lo que te preocupa es que ella por estar conmigo tenga más poder en la empresa, o lo que sea que estés pensado, no ocurrirá…
 
Entonces, ¿es sólo una más de todas las que te tiras?—El silencio que sigue a esa pregunta me deja sin respiración…—¡Contéstame!
 
Si, eso es...—¿Qué? ¿Soy una más?¿Sólo nos estamos divirtiendo? ¿Qué coño está pasando?Empiezo a respirar agitadamente presa creo de un ataque de ira.
 
Espero que no estés mintiéndome Daniel, no me gustaría descubrir que en realidad estás enamorado de ella y tener que llegar al punto de recordarte el tipo de clausula que refleja en su contrato…
 
Bruce… Si algún día llegaras a hacer eso, entonces no tendré más remedio que refrescarte la memoria, que por lo que veo no te funciona demasiado bien y dejarte claro de una maldita vez quien es el jefe aquí...—De repente, dejo de escuchar la conversación. Ya está todo dicho.
 
 
Me pongo en pie y, como un león enjaulado empiezo a caminar de un lado a otro del despacho. ¿Qué cojones ha pasado allí dentro? ¿Por qué dijo que entre él y yo no había nada serio? ¿Acaso no fue él quién fue a buscarme a Ibiza para convencerme de que estar juntos era lo mejor? ¿Qué haría lo que fuera para que estuviera con él? ¿Qué juntos viésemos a donde nos llevaba esta historia? ¡Joder, pues ahora tengo muy claro a donde cojones nos ha llevado! ¡A ninguna parte! He estado enamorándome día a día de él hasta el punto de quererlo con toda mi alma, tan ciega de amor que no vi que lo único que el pretendía era ¿divertirse conmigo? Soy una estúpida y decididamente, no tengo remedio. Como que me llamo Olivia Murray que esto lo soluciono yo, si, o si.
 
Cojo del perchero mi abrigo y me lo pongo, necesito salir de estas cuatro paredes antes de que cometa una locura. También cojo mi bolso del cajón. Cuando estoy a punto de salir por la puerta aparece Rebeca.
 
¿A dónde vas?—Pregunta mirándome extrañada—¿Ha pasado algo?
 
Ahora no tengo tiempo Rebeca, necesito salir de aquí—y sin más abro la puerta y me voy…
 
 



7 comentarios:

  1. Ayyyy pero que tontina es nuestra prota, sí seguro que lo ha dicho para quitarse a su hermano idiota de enmedio.
    Me das gotitas, y necesito mássssss.
    Un besillo enorme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver María, y está claro que Olivia esta ciega no, lo siguiente.
      Gracias Besín :))

      Eliminar
  2. Mira que Olivia no darse cuenta que lo hace por su bien, desde luego qué carácter sin filtro tiene, jeje
    Muy bueno y movidito, :)
    Ya echaba de menos leerte Virginia, ;)
    Besos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Irene, si ahora vienen capítulos algo moviditos, para que mentir. jjajajaj
      La pobre Olivia no ve más allá de sus narices, que le vamos a hacer...
      Gracias Besín :)

      Eliminar
  3. La protagonista ahora se ha cabreado pero esto se ira liando más . Queda la intriga. Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro que se ha cabreado María del Carmen, y su cabreo no traerá nada bueno!!
      Gracias Besin :)

      Eliminar
  4. ufff, el haber escuchado la conversación de los dos hermanos Olivia puede volver a ser la borde de turno otra vez con Daniel pero esto va viento en popa a toda vela

    ResponderEliminar